jueves, 4 de noviembre de 2010

Cómo le pagó sus servicios Fernándo El Católico al Gran Capitán.

El Gran Capitán: óleo de Eduardo Carrio, se encuentra en el instituto de España en Madrid

Ahora voy a contar el pago que dio Fernando El Católico a quien le había conquistado y entregado un reino, el de Nápoles, con tropas mal y tarde pagadas, luchando contra dos ejércitos franceses bien pagados y pertrechados. Así han sido algunos reyes españoles:

En Diciembre de 1503 en las riberas del río Garellano se produce la victoria definitiva española sobre los franceses y cae Gaeta, los franceses se retiran derrotados. El Reino de Nápoles vuelve a ser español. Gonzalo entra en Nápoles bajo arcos de triunfo levantados por el pueblo napolitano, es aclamado como si fuera un rey.

El 11 de Febrero de 1504 se firma el Tratado de Lion donde Francia reconoce la soberanía española sobre el reino de Nápoles.
El rey Fernando nombra Virrey de Nápoles a Gonzalo Fernández de Cordoba.
Gonzalo entrega a sus capitanes una serie de condados ganados a los franceses, como parte de pago por sus méritos de guerra.
El 26 de Noviembre de 1504 muere la reina Isabel de Castilla “La Católica” en Medina del Campo, la reina natural de Gonzalo Fernández de Córdoba, su gran valedora.

El 19 de Octubre de 1505 el rey de Francia y Fernando de Aragón firman el Tratado de Blois por el que se acuerda la boda entre Dña Germana de Foix (con 18 años) con Fernando el Católico (tratado y boda que trama Fernando para que su yerno Felipe “El Hermoso” no reclame el reino de Nápoles para sí y para Castilla donde él era el rey en esas fechas), ambos monarcas (Luis XII y Fernando) ceden los derechos dinásticos del reino de Nápoles a Germana y a los descendientes que hubieran de éste matrimonio, así como la devolución de las tierras francesas ganadas por el Gran Capitán en el Reino de Nápoles. O sea los condados que Gonzalo había dado a sus capitanes, esto debió de disgustar bastante a sus capitanes y al propio Gonzalo.

Durante el primer semestre del año 1506, conocedor Gonzalo de comentarios en contra de su persona salidos de la corte de los reyes en España, en el sentido de que quería ser él el rey de Nápoles. Se cruza cartas con el rey en las que le pide le releve de su cargo de Virrey y le devuelva a España concediéndole el cargo de Maestre de la Orden de Santiago, tantas veces prometida por el rey (cargo que le había “jurado por Dios nuestro Señor, por la cruz y por los cuatro Santos Evangelios”) dar a Gonzalo delante de numerosos testigos y en varias ocasiones.

El 7 de Septiembre de 1506 se presenta el rey Fernando en Nápoles junto con Dña Germana. Nada más llegar le dan al rey la noticia de la muerte de su yerno Felipe El Hermoso en Burgos, se dijo que de pulmonía (hay muchas especulaciones al respecto). Gonzalo los recibió con gran agasajo y trató de disipar los temores del rey por todos los medios, a pesar de ello el rey comprobó personalmente que los napolitanos tenian más aprecio a su general que a él mismo. El rey con su desconfianza había decepcionado a todos, a los napolitanos y al ejército del Gran Capitán. Ante un rumor de que el rey había apresado a Gonzalo, salieron las tropas con sus capitanes al frente y llegaron a las puertas del Castel del Uovo, donde se hospedaba el rey, y tuvo que salir en persona el Gran Capitán a tranquilizar a todos y mandarlos de vuelta a sus cuarteles. Al parecer, en esos meses en que estuvo el rey en Nápoles, ocurrió el episodio de las famosas “cuentas del Gran Capitán”. Se presentó ante el Gran Capitán el tesorero del rey en Italia llamado Francisco Sánchez, diciéndole que le mandaba el rey “para revisar las cuentas de la pasada campaña, porque hay partidas muy gruesas que no casan”. Le contesta Gonzalo que ya hace dos años que se le habían dado las cuentas. ¿A que viene esto ahora?. Ante la insistencia del tesorero, Gonzalo lo despide de malas maneras diciéndole “Yo te presentaré mañana mismo un libro con otras cuentas y verás que es la Real Cámara la que me debe dinero a mí y no al revés”. En efecto esa noche Gonzalo escribió las famosas cuentas, que más o menos decían:
“Cien millones de ducados en picos, palas y azadones para abrir trincheras y enterrar muertos”
“Ciento cincuenta mil ducados en limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles”
“Doscientos millones de ducados en guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de los cadáveres enemigos”
“Ciento setenta mil ducados en reponer las campanas averiadas a causa del contínuo repicar a victoria”
Y finalmente “Cien millones de ducados por la paciencia de tener que descender a éstas pequeñeces del rey a quien HE REGALADO UN REINO”.
Al parecer,el tesorero del rey Francisco Sánchez, se las leyó al rey y cuando iba por lo de los guantes perfumados, el rey le mandó callar, se puso en pié y con voz terrible ordenó que no se le volviera a hablar jamás de aquel asunto.

En 1507 entregó Gonzalo Fernández de Córdoba el mando de Nápoles y embarcó en la flota del rey de regreso a España. Había recibido ofertas del Papa Julio IIº para que tomase el mando del ejército Pontificio, asimismo Venecia le había pedido que fuera el General de su ejército, ni se planteó siquiera la posibilidad de servir a otro señor que no fuera su rey Fernando.
En Julio de 1507 la flota atraca en el puerto de Savona (Liguria) donde los espera el rey de Francia Luis XII. Sobre el malecón del puerto se encuentran los dos monarcas, Fernando El Católico y Luis XII, abrazándose, los mismos que tan sólo cuatro años antes eran enemigos y habían enfrentado a sus ejércitos a sangre y fuego en territorio napolitano. La guerra es cosa de súbditos, la paz es un asunto de reparto patrimonial entre reyes, la sangre derramada: un accidente necesario. Cuando Gonzalo, con cierta dificultad, sube por la escalera de gato al muelle, oye sobre su cabeza la voz del rey Fernando: “Ved ahí al Gran Capitán”. Gonzalo levanta la vista y ve como Luis XII va hacia él con los brazos abiertos, fue Gonzalo a besar las manos del rey francés pero éste no se lo permitió, lo ayudó a incorporarse y lo abrazó como a un igual. Luis XII le dijo al rey Fernando emocionado: “Primo, hoy es un día venturoso en el que he visto cumplidos tres deseos que albergaba mi corazón: ver con mis propios ojos a vuestra señoría, a mi sobrina la reina Germana y muy especialmente conocer al Gran Capitán, pues os aseguro que si hoy no hubiera venido con vos, habría de buscar la manera de poderlo ver donde él quisiera y me señalase”. Esto dejó confuso al Gran Capitán y sobretodo a Fernando de Aragón. Volvió a abrazar a Gonzalo que ya no sabía qué hacer ni a donde mirar. Toda la escena era contemplada por el señor D´Aubigny, Everaldo Stewart y los capitanes franceses, enemigos que tanta guerra le habían dado, todos ellos sonrientes allí estaban: Jacques de Chabannes señor de la Pallisse, Luis D´Ars, el gran Bayardo (el caballero sin tacha). A todos ellos los había vencido en el campo de batalla, y a varios mas que murieron luchando contra él como el Duque de Nemours, el de Monpensier etc. Ahora todos le abrazaron. Tres días duraron los fastos de Savona, cada día el rey Luis XII parecía más interesado en cumplimentar a Gonzalo de Córdoba que a la pareja real de Fernando y Germana. Curiosa actitud del rey francés. En un almuerzo el rey francés le dijo a Fernando: “Mande vuestra majestad al Gran Capitán que se siente a la mesa con nosotros, que quien a rey vence, con reyes merece sentarse”. Fernando de Aragón, con cara de palo y voz cavernosa le dijo a Gonzalo: “Sentaos con nos, Gran Capitán, pues su señoría lo manda”. La comida fue un contínuo agasajo del rey francés hacia Gonzalo. Al tercer día, al atardecer, el rey Luis XII pidió a Gonzalo dar un paseo a caballo, cabalgaron horas y horas en animada charla, los dos solos, por la marina de Savona, ya amanecía cuando volvieron juntos al campamento. Si Gonzalo hubiese hecho la más mínima insinuación, Luis XII le hubiera dado cualquier cosa por tenerlo a su lado. Fernando de Aragón decidió que ya estaba bien y que era hora de regresar. A la mañana zarparon hacia España.

Llegan a España, desembarcan en el puerto de Valencia. Pasan los meses y el rey no cumple con sus juramentos de darle el Maestrazgo de Santiago. Le concede la ciudad de Loja donde se retira a vivir el Gran Capitán.

En 1508 a causa de un agravio, que le hace un sobrino de Gonzalo, al rey Fernando El Católico, éste, como castigo, ordena la demolición del Castillo de Montilla, la casa familiar de los Fernández de Córdoba y donde había nacido Gonzalo y se había criado de niño. El rey no hace caso a las súplicas que le hace Gonzalo, su Gran Capitán, súplicas que también hacen casi toda la nobleza de España. No quedó una piedra sobre otra del Castillo de Montilla, los campos de cultivo fueron también arrasados. Lo que más le preocupaba a Gonzalo eran los criados de toda la vida que quedaban en la calle, y los campesinos y labradores que corrieron igual suerte. A partir de aquí la enemistad con el rey ya fue manifiesta.

Nunca se ha visto en la historia que un rey poderoso, como lo era Fernando El Católico, tuviera miedo primero, envidia después, receloso siempre y al final ejerciera la venganza sobre el mejor Capitán y siervo que tuvo en todo su reino como fue Gonzalo Fernández de Córdoba, que por dos veces le conquistó un reino como el de Nápoles, que antes luchó de forma destacada en la guerra de Granada, que pactó con Boabdil su rendición, que años después acabó con la rebelión de Las Alpujarras, entre otros muchos servicios. Así era el rey Fernando de Aragón “El Católico”, así pagó a su mas leal y fiel servidor.

Parecido pago hizo Fernando IIº de Aragón a otros muchos soldados que lucharon por él y por España. A Pedro Navarro, uno de los mejores capitanes que sirvieron bajo el mando de Gonzalo, el rey Católico le quita el condado de Oliveto que había recibido de Gonzalo siendo Virrey de Nápoles, se lo da a los franceses en el Tratado de Blois como he dicho, sin darle compensación alguna, a pesar de ello, siguió en Italia como soldado de Fernando, participó en la guerra de Ravena en 1512, otra vez contra los franceses, fue herido y apresado por los franceses, estuvo más de dos años preso en Loches, esperando que su rey Fernando lo liberase pagando su rescate, harto y cansado de estar preso, solicitó ser acogido por el rey francés, éste lo aceptó de inmediato, se desnaturalizó del rey Fernando y al servicio de Francia luchó contra Alemania y España.

D. Gonzalo Fernández de Córdoba muere en 1515, en Loja, a la edad de 62 años. Recibió sepultura en la Iglesia de San Francisco, en Granada.

Años después, el Emperador Carlos Iº de España y Vº de Alemania, nieto de Fernando IIº de Aragón, quiso remediar, al menos en parte, el mal pago que su abuelo había dado al Gran Capitán, por lo que mandó construir, a sus expensas, una capilla en el Monasterio de los Jerónimos que fuera sepulcro definitivo de Gonzalo y su familia, los maestros Jacobo Florentino y Diego de Siloé la decoraron con bellas pinturas y estatuas orantes. En 1552, a los 37 años de la muerte de Gonzalo, se trasladaron a ésta capilla, desde la Iglesia de San Francisco, los restos del Gran Capitán, acompañados con los de sus hermanos, hijos y su mujer María Manrique. El cortejo llevaba las banderas y estandartes que pregonaban sus glorias militares. El traslado tuvo gran solemnidad, lo abría la Cruz de la Iglesia Mayor, 450 religiosos, clérigos con velas, los Capellanes reales, el Cabildo con tres capillas: la Real, la del Duque y la Mayor, los ocho féretros, a continuación el caballero de Jaén D. Juan Peláez de Berrio, soldado superviviente de las guerras de Nápoles que fue el primero que entró en Castelnovo, el cual llevaba el estoque del Gran Capitán, cuya cruz, manzana y empuñadura eran de oro y plata labradas a martillo. Seguía la presidencia con todos los estandartes y, detrás, los caballeros de Córdoba, su tierra, y los de Granada, presididos por el Marqués de Cerralbo. El poeta Juan Latino dedicó una composición a éste traslado.

En febrero de 2006 se constató, por el Instituto Andaluz de Patrimonio, mediante análisis de ADN, que los restos humanos depositados en dicha tumba de los Jerónimos ¡¡ no son los del Gran Capitán!!, sin lugar a dudas. Ahora mismo se está investigando de quien son los restos que se suponían eran de Gonzalo y se está a la búsqueda de los restos auténticos. Todos nos tememos que el ejército napoleónico hizo de las suyas, debieron de profanar la tumba, seguramente buscando venganza de las numerosas derrotas sufridas por sus antepasados en el reino de Nápoles, a buenas horas.....

Lápida en Los Jerónimos (Granada)

martes, 2 de noviembre de 2010

El Sitio de Tarento por “El Gran Capitán”


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Hace 15 días, el 16 de Octubre 2010, se casó D. Rafael Medina Abascal, XIX Duque de Feria y XIX Marqués de Villalba, Grande de España y descendiente directo de Alfonso Xº de Castilla “El Sabio”, con Dña. Laura Vecino de Acha. Viendo ésta noticia por televisión me vino a la memoria su insigne y admirado antepasado D. GONZALO FERNÁNDEZ DE CORDOBA Y AGUILAR (Montilla 1 Sept 1453 – Loja – Granada- 2 Dic 1515). Duque de Santángelo, de Terranova, de Andria, de Montalto y de Sessa, Virrey de Nápoles, llamado por su excelencia en el arte de la guerra “EL GRAN CAPITAN”.-

Pensando en un pasaje de su historia en el que me hubiera gustado estar, me viene a la memoria "El Sitio de Tarento":

Estamos a final del verano de 1501, Gonzalo Fernández de Córdoba con su ejército está sitiando por tierra la fortaleza de Tarento y manteniendo un bloqueo naval, en su interior se había refugiado el Duque de Calabria que, junto con el Conde de Potenza, defensor de Tarento, se niegan a entregar la fortaleza al rey Fernando de Aragón, legítimo señor de dicha ciudadela. La fortaleza es un ismo, con mar al oeste, el “mare Pícolo” al este y en el norte dos canales defensivos, la única tierra para el ataque está al sur, una pequeña franja de tierra. Es inexpugnable por tierra, proceder a un asalto hubiera acarreado muchas bajas en los atacantes, los muros defensivos son altos y muy sólidos en todos sus lados menos en la cara que da al “mare Pícolo”, la bahía interior al este de la fortaleza. La flota estaba en el mar pero no podía pasar por los canales defensivos al norte de la fortaleza, la habrían destrozado desde la fortaleza. Por lo tanto decide Gonzalo negociar con los sitiados, entra a negociar con el conde de Potenza y con el Duque de Calabria, éstos se sienten seguros, le dicen a Gonzalo que van a venir los franceses a auxiliarlos, al final pactan: que Gonzalo no les atacará en dos meses pero, si a los dos meses, los sitiados no han recibido ayuda, entregarán la plaza sin resistencia. Gonzalo de Córdoba sabe que los franceses no vendrán y que los sitiados no entregarán la fortaleza por las buenas. Reunido con sus capitanes, Pedro Navarro le sugiere que si pasan las carabelas con su artillería al “mare Pícolo” con cuatro andanadas se derribaba la muralla, que en ese frente era mucho más débil, y era verdad, pero ¿cómo pasaban veinte carabelas al “mare Pícolo”? ¿Volando?. Al principio todos se rieron de la idea. Pedro Navarro insistió, se reunió con Lazcano el comandante de la flota y en dos dias presentaron el plan a Gonzalo, éste lo aprobó y así lo hicieron, ¡¡por tierra!!, con ayuda de los galeotes, que cumplian pena en las galeras, a los que se les prometió una paga si lo lograban, y con la colaboración de casi todo el ejército: ¡¡en menos de dos semanas pasaron por tierra, más de media legua (unos 2.5 Km), veinte carabelas con todos sus cañones y culebrinas!! Simplemente: ESPECTACULAR. Cuando los sitiados vieron las más de veinte naves con sus cañones apuntando a la muralla que daba al “mare Pícolo” ya entraron en razón y no les quedó más que rendirse y entregar la fortaleza. Al parecer no tuvieron que disparar ni una sola andanada. El Gran Capitán no tuvo ni una sola baja en su ejército por la toma de Tarento. El Duque de Calabria fue conducido preso a España. Con ingenio, voluntad y trabajo se consigue lo que sea. Me hubiera encantado ver cómo lo hacían, ¿ a ti no?

domingo, 3 de octubre de 2010

La Primera Guerra Mundial ha terminado Hoy 03/10/2010

Firma del Armisticio 11-11-1918 (Compiegne, Francia)

La primera Guerra Mundial (La Gran Guerra) oficialmente ha terminado este domingo 3 de Octubre de 2010, 92 años después del alto al fuego.
La deuda histórica impuesta por los Aliados y que siempre se ha tachado de excesiva, de “draconiana”, el economista británico John Maynard Keynes, lo calificó como "barbaridad'' y "excesivo''. Una deuda con el mundo y que Alemania SÍ HA PAGADO”Los vencedores de la Primera Guerra Mundial decidieron en el Tratado de Versalles que Alemania pagara 132.000 millones de marcos de oro para las reparaciones de la guerra, aunque la cifra aumento a 296.000 millones de marcos de oro en la siguiente conferencia de Boulogne de 1920. Tan abusivo fué que el plan Dawes de 1924 dió paso el Plan Young para ajustar el abono de la deuda con cuotas anuales.
Gran parte del dinero de la deuda ha sido destinado a Francia, Gran Bretaña, Italia y Bélgica, pago a personas privadas, fondos de pensiones y grupos empresariales, según lo estipulado el 28 de junio de 1919 en Versalles.
Francia ha sido el país aliado más beneficiado por las reparaciones económicas, que, además de la reordenación territorial, incluían la entrega de todos los barcos mercantes de más de 1.400 toneladas de desplazamiento y la cesión anual de 200.000 toneladas de nuevos barcos, además de la entrega anual de 44 millones de toneladas de carbón, 371.000 cabezas de ganado, la mitad de la producción química y farmacéutica, la totalidad de cables submarinos, etc., durante cinco años
Muchos historiadores señalan a dichas imposiciones como uno de los factores que contribuyeron a la crisis económica alemana de los anos 20, también el crack del 29 afectó duramente a Alemania que tenía el gobierno denominado `"la Republica de Weimar'', dependiente de prestamos extranjeros para poder pagar las imposiciones, añádele a todo esto el sentimiento de humillación al que se sometió al pueblo Alemán obligándole a autoinculparse (Rusia se salió de rositas comoviene haciéndolo durante los últimos 200 años, echa la pieda y esconde la mano), todo esto fue el caldo de cultivo que propició el auge del partido nazi, al manifestar Adolf Hitler su decisión de revocar el Tratado de Versalles, aupando al todavía desconocido Adolf Hitler a la primera línea de la política del Reichstag. Los franceses maltrecharon aún más la economía alemana ocupando la cuenca minera de Sarre y del valle industrial de Rhin. En alemania sólo había hambre y humillación.
La Segunda Guerra Mundial confirmó que la política de Versalles había sido un auténtico desastre, pero la derrota de Hitler no supuso la condonación de las reparaciones. París de mostró intratable y CODICIOSA.
Tras la Segunda Guerra Mundial, los aliados acordaron reducir a la mitad el monto de la deuda en la Conferencia de Londres de 1953, y hasta 1983 la Republica Federal Alemana abono 14 mil millones de marcos para compensar los daños. Una cláusula de dicha Conferencia establecía que los intereses de la deuda (125 millones de euros) se pagarían cuando Alemania se unificase, por lo que el cumplimiento de dicho compromiso se reanudó en 1990 cuando los dos Estados (RDA y RFA) separados por el telón de acero volvieron a ser un solo país ALEMANIA.
El domingo 3 de octubre quedó saldado el último pago, de 69,9 millones de euros. La cantidad había sido aprobada en los Presupuestos Generales de 2010.

Ya que los biznietos de aquellos alemanes de 1914-18 han estado pagando esta deuda impuesta, y los franceses están exigiendo y aceptando hasta la fecha de hoy 03-10-2010 estos cobros. Franceses nobleza obliga así que pagad a España todos los daños ocasionados por la invasión injustificada de napoleón…Y todos los demás paises agresores deberías de pagar del mismo modo cuanto daño habeis ocasionado. Por cierto Rusia salió de rositas.

La guerra comenzó como un enfrentamiento entre el Imperio austrohúngaro y Serbia, (el asesinato del archiduque y heredero a la corona austrohúngara Francisco Fernando de Austria y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914 a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip, miembro del grupo serbio "Joven Bosnia", ligado al grupo nacionalista Mano Negra) Rusia se unió al conflicto, pues se consideraba protectora de los países eslavos y deseaba socavar la posición de Austria-Hungría en los Balcanes. Tras la declaración de guerra austrohúngara a Rusia el 1 de agosto de 1914, el conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala europea. Alemania respondió a Rusia con la guerra, obligada por un pacto secreto contraído con la monarquía de los Habsburgo, y Francia se movilizó para apoyar a su aliada. Las hostilidades involucraron a 32 países, 28 de ellos denominados «Aliados»: Francia, el Reino Unido, Rusia, Serbia, Bélgica, Canadá, Portugal, Japón, Estados Unidos (desde 1917), así como Italia, que había abandonado la Triple Alianza. Este grupo se enfrentó a la coalición de las «Potencias Centrales», integrada por los imperios Austrohúngaro, Alemán y Otomano, acompañados por Bulgaria.
Firma del Tratado de Versalles en el Salón de los Espejos. Por cierto, Rusia salió de rositas.

Periódicos: BILD ABC ELMUNDO




sábado, 2 de octubre de 2010

Los Borja en España, Los Borgia en Italia y resto del mundo

A los que nos gusta la historia, hay días y sitios, que daríamos lo que fuera por haber estado allí, haber visto, oido, “vivido”, alguna de esas situaciones que tanto nos han maravillado cuando, siglos después, leemos la historia.
Yo tengo en mi mente muchas situaciones históricas a las que me hubiera encantado asistir, hoy os voy a contar una que me apasiona y que muchas veces he pensado en ella.

Elijo éste pasaje histórico como homenaje, por la fecha de hoy 1 de Octubre, a una familia valenciana: Los Borja en España, Los Borgia en Italia y resto del mundo.

El uno de Octubre de 1572 falleció, en Roma, San Francisco de Boja, Tercer General de la Compañía de Jesús y 4º Duque de Gandía, había nacido en 1510 y éstos días se conmemora, sobretodo en Gandía, su 500 aniversario, y aunque la vida de éste santo sea muy interesante y apasionante, otro día escribiré de él, hoy voy a contar un pasaje de la vida de su tío-abuelo: César Borgia (1475-1507) Arzobispo de Valencia, Cardenal que, por primera y única vez en la historia de la Iglesia, renuncia al cardenalato en 1498 para dedicarse a las armas, pasando a ser Capitán General del ejército Pontificio, luego Duque de Valentinoise concedido por Luis XII de Francia, traicionado por Gonzalo Fernández de Córdoba (El Gran Capitán) que lo apresa en Nápoles, después de una cena con él, faltando a su palabra de caballero, traición ordenada por su Señora natural: la Reina Isabel, la llamada Católica, se le trajo a España, preso en la Torre del Castillo de la Mota (Medina del Campo), donde convivió con Juana (la loca) que allí se encontraba apresada por su madre (La Católica de antes) una noche logró escapar ayudado desde fuera por varios señores castellanos, escapó de España en barco hasta Francia. Acabó su vida en el sitio de Viana (Navarra) siendo Capitán General del ejército del Rey de Navarra, su cuñado. No queda muy claro, si fue traición o no, pero la tropa que lo acompañaba aquella madrugada de Marzo de 1507, ante las puertas de Viana, en un momento determinado lo dejaron sólo, acorralado por más de treinta enemigos a caballo, no huyó, les hizo frente, mató a seis o siete de ellos antes de que le pudieran clavar una lanza en su axila derecha (único sitio donde no cubre la armadura), derribándolo del caballo, en el suelo fue muerto, su cuerpo tenía 21 heridas de lanza y espada, Tenía 32 años. A pesar de tener una vida tan corta en años, fue muy intensa en hechos, La historia de su vida (hay historia para hacer 10 películas), al igual que la de su padre (el cardenal Rodrigo de Borja, luego Papa Alejandro VIº) la escribieron, en un principio, sus enemigos, con lo cual se escribieron auténticas barbaridades, calumnias increíbles, que, como dice el dicho popular : “Calumnia que algo queda”, a ellos les quedaron todas las calumnias durante siglos. Durante los últimos cien años algunos historiadores serios, a base de estudios de documentación y comparando muchas fuentes diferentes, ya nos cuentan la historia de los Borgia mucho mas real, demostrando que las calumnias eran eso mismo: calumnias.
Vamos con la historia:
“César Borgia, con un ejército de entre 15 y 18.000 soldados, ya ha sometido a casi todos los señores y príncipes de la Romaña (todo el centro-norte de Italia), estamos en Octubre de 1502, una de las que queda por someter es la República de Florencia, los florentinos están muy preocupados, conocen los métodos de César Borgia para con aquellos que no se avienen a buenas con él, sobretodo el Secretario de la República Florentina: Nicolás Maquiavelo que ya conoció a César cuatro meses antes, en Urbino, por lo tanto la República manda a su Secretario a negociar con César Borgia, que en esas fechas estaba en Imola. Se presenta la embajada de Florencia ante César y Maquiavelo le expone muchas razones por las que no le interesaba a César entrar en Florencia, rogándole que no lo hiciera. Al parecer a César le gustó la forma en que le expuso sus peticiones Maquiavelo, lo vió inteligente, sagaz e imaginativo, al tiempo que educado, le gustó, y su respuesta fue:”No se preocupe Su Señoría (Florencia), que mientras vos esté conmigo no entraré en Florencia”. Maquiavelo no sabía que el Rey de Francia, Luis XII, señor natural de César, le había comunicado a César que no entrara en Florencia si él no se lo ordenaba. Maquiavelo, convencido de que su presencia ante César liberaba a Florencia de la guerra, se quedó en Imola, en el mismo palacio que ocupaba César Borgia, comiendo o cenando con él muchos dias, ¡¡estuvo cuatro meses!!, hasta final de Enero de 1503. Desde hacía un año, el Ingeniero militar de César Borgia, era Leonardo da Vinci, el gran Leonardo, y a muchas de esas comidas y reuniones asistía también Leonardo, quedaban horas charlando los tres juntos, César Borgia, Nicolás Maquiavelo y Leonardo da Vinci. ¿De qué hablaban? ¿Cómo opinaba cada uno de ellos? ¿Cómo eran? ¡¡ojalá hubiera podido estar allí, escuchándolos!! ¿Tu no?”. El señor todopoderoso, el Príncipe, en esas fechas, era César Borgia. Meses después, el veneno puesto en una cena a César Borgia y a su padre Alejandro VIº, invitados ambos, en casa de un cardenal, lo cambió todo.

El ejército de César Borgia no entró en Florencia, porque Luis XII no se lo ordenó. Años después Maquiavelo escribió El Príncipe, enumerando las virtudes (virtudes del siglo XV, no de ahora) que debía de poseer un gobernante para ser Príncipe: temido por sus enemigos, querido por sus súbditos y respetado por todos, inspirado, todo el libro, por aquél César Borgia, admirado por Maquiavelo.

Actualmente, el descendiente legítimo directo de César Borgia, a través de su hija Luisa, habida de su matrimonio con Carlota de Aubret, hermana del Rey de Navarra y sobrina de Luis XII, es Carlos Hugo de Borbón, el jefe de los Carlistas. Por cierto, César no conoció nunca a su hija Luisa, la vida no le dio tiempo. Su tumba se encuentra a las puertas de la Basílica de Sta. María, Viana (Navarra)

Un abrazo a todos y a leer historia, es maravillosa