domingo, 22 de enero de 2012

FLAVIO BELISARIO Parte III y última.

Belisario, ciego, pidiendo limosna en la puerta de Santa Sofía.
(Jacques-Louis David)

Aprovechando el tesoro arrebatado a los vándalos en el norte de Africa, Justiniano Iº mandó a Belisario a recuperar la península itálica y Roma donde gobernaban los ostrogodos. En la primavera del año 536 con un ejército de 15.000 hombres desembarcó en Reghium, en el sur de Italia, sin encontrar prácticamente resistencia llegó a Nápoles, y como no se rendía, la sitió, con tan solo 20 días de asedio Nápoles cayó. Toda la guarnición goda que había defendido la ciudad fue pasada a cuchillo,. De esta forma Belisario advertía a todos los godos: mataría a todo aquel que opusiera resistencia a la liberación de Italia. Había ido dejando guarniciones en todas las plazas fuertes con lo cual se presentó a conquistar Roma con un ejército de solo 10.000 hombres. En Diciembre del 536, Belisario entró en Roma sin prácticamente oposición de los ostrogodos que salieron huyendo. De inmediato de puso a reforzar todas las defensas de Roma y hacer acopio de víveres. Tal y como preveía, al poco tiempo, se presentó ante la ciudad el rey Vitiges con un ejército de 20.000 ostrogodos, (el doble de la tropa de Belisario) que puso sitio a Roma. Como toda ayuda Justiniano Iº le mandó 1.600 jinetes mercenarios hunos en la primavera del 537, con estos jinetes y con sus “bucellarii” se dedicó a realizar salidas de acoso y rapiña al ejército ostrogodo, minándoles progresivamente la moral. Así estuvo Belisario aguantando el sitio de Roma durante casi año y medio. Por fin en la primavera del año 538 recibió un contingente de 5.500 infantes y 2.000 jinetes, el rey Vitiges al ver lo que se le venía encima levantó el asedio de Roma y regresó a su capital en Rávena. Belisario con su ejército de casi 20.000 soldados se dirigió a la conquista de todo el norte de Italia, una a una todas las ciudades y fortalezas ostrogodas fueron conquistadas. A comienzos del año 540 Belisario puso sitio a la capital Rávena, donde resistía el rey Vitiges con 25.000 soldados. Poco después llegó a Italia un nuevo ejército bizantino al mando del general Narsés (era un eunuco de la corte que había llegado a convertirse en Gran Chambelán de Justiniano). Belisario le ordenó a Narsés que viniera a ayudar en el sitio de Rávena y éste se negó a obedecer la orden de Belisario, se dedicó a actuar por su cuenta. Al final todos los nobles ostrogodos, viendo que no tenían salida, y deseosos de mantener sus riquezas y poderes, ofrecieron a Belisario convertirse en su rey. Lo que mas respetaban los godos, por encima de todo, era la fuerza, inteligencia y habilidad militar que poseía Belisario, era un gran guerrero y una persona honorable a la que admiraban y respetaban. La oferta era un arma de doble filo que podía acabar con Belisario, por otra parte, viendo la actitud de Narsés de no ayudar para acabar con el sitio y expulsar a los ostrogodos, algo tenía que pactar para acabar con el sitio de Rávena. Belisario aceptó la oferta de los nobles ostrogodos a cambio de que se rindiera Rávena, así se hizo, pero una vez se rindieron y entró en Rávena, hizo una proclama entregando la corona a su emperador JustinianoIº por lo que éste pasó a ser rey de Italia, añadió una cláusula para satisfacer a los ostrogodos en la que decía que Belisario no sería rey de Italia mientras Justiniano Iº viviera. Esta cláusula agradó a los nobles ostrogodos pero fue un grave error político ya que provocó la desconfianza definitiva de su emperador Justiniano Iº. Belisario regresó a Constantinopla con el rey Vitiges encadenado, un gran tesoro en lingotes de oro y plata y 7.000 soldados ostrogodos enrolados en su guardia personal. Este fue el mayor triunfo de su carrera, había reconquistado toda la península Itálica, pero se encontró con un recibimiento frío por parte de su emperador, su desconfianza hacia Belisario era profunda, probablemente el emperador se habría librado de Belisario pero los persas volvían a estar en guerra en la frontera del este y lo necesitaba. En los años 541 y 542 Belisario estuvo al mando de la defensa contra los ataques continuos del ejército persa, gracias a la caballería pesada formada con los ostrogodos pudo hacer frente en varias batallas a los “catafractos” del rey persa Cósroes Iº, hasta que se firmó un nuevo tratado de paz entre los persas y el Imperio Bizantino. Mientras tanto en Italia los ostrogodos, sin la amenaza de Belisario, se fueron rehaciendo, nombraron un nuevo rey, Totila, y los bizantinos, al mando de varios generales, fueron incapaces de parar a los ostrogodos que les fueron venciendo batalla tras batalla. La situación se puso tan difícil para los bizantinos que Justiniano Iº, pese a su desconfianza y reticencias, no le quedó otra salida que volver a mandar a Belisario a Italia, pero lo mandó a él solo con sus “bucellarii”, con su guardia personal, sin un ejército al que comandar y sin dinero. Belisario se gastó gran parte de su fortuna personal en esta campaña, que duró cuatro años, desde el 544 al 548 , en Tracia contrató 4.000 soldados que junto con sus 1.000 “bucellarii” fueron toda su tropa. Fueron cuatro años de peligros y sinsabores, sin recibir ningún refuerzo de su emperador, de una parte a otra de Italia rechazando todos los ataques de los ostrogodos. A pesar de todo, el día 1 de Enero del año 547, realizó una de las azañas militares mas grandes de la historia, aprovechando que el rey Totila con el grueso de su ejército ostrogodo estaba batallando en el sur de Italia contra el ejército bizantino de Juan el Sanguinario, Belisario en un golpe brillante reconquistó Roma, ¡¡¡con sólo 5.000 soldados!!!! Fue una acción audaz e inteligente que dejó asombrados tanto a los bizantinos como a los ostrogodos. Totila se movilizó de inmediato, con el grueso de su ejército asedió Roma durante un año, pese a los furiosos asaltos de los ostrogodos no pudieron con la maestría defensiva de Belisario. El emperador no le mandó refuerzos y no tuvo otra salida que abandonar Roma. Salió de Roma con 200 infantes y 700 jinetes de su guardia personal, en su camino hacia el sur los ostrogodos lo acosaron, sufrió una emboscada de la que salió vivo gracias a su coraje, llegó a Otranto con tan sólo 50 jinetes, allí vio que el ejercito de Juan el Sanguinario había perdido la mitad de sus tropas, volvió a reclamar ayuda a Justiniano y la contestación de éste fue una orden por la cual le relevaba del mando. Belisario regresó a Constantinopla, esta vez sin ningún triunfo. Estaba ya retirado cuando en el año 559 unas tribus eslavas habían cruzado la frontera del norte y se dirigían hacia la capital Constantinopla, Justiniano Iº volvió a pedir ayuda a Belisario, el cual organizó un ejército con rapidez haciendo frente a los eslavos logrando diezmarlos y expulsarlos mas alla de la frontera. Justiniano Iº volvió a olvidarse de premiar los esfuerzos de Belisario quien volvió a retirarse en busca de acabar sus días dignamente. No fue así, en el año 563 fue acusado de corrupción por Procopio de Cesarea, su anterior secretario, fue declarado culpable, se le confiscaron sus bienes y fue encarcelado. Una parte de los historiadores dicen que a las pocas semanas el emperador Justiniano Iº tuvo un gesto de favor hacia su antiguo general y lo sacó de la cárcel devolviéndole sus bienes. Otros historiadores cuentan que, en la cárcel lo torturaron, poniéndole una gota de oro incandescente en cada ojo, dejándolo ciego, luego Justiniano lo dejó libre sin devolverle sus bienes, de forma tal que se vio obligado a pedir limosna junto a otros mendigos a la puerta de Santa Sofía, el pueblo lo reconoció y día a día el clamor popular se hizo tan fuerte que Justiniano Iº se vio en la obligación de devolverle su “domus” (su casa) junto con cuatro criados y una pequeña renta de subsistencia. Al menos le quedó algo que Justiniano Iº no ha podido quitarle, y es la gloria histórica de ser el mejor general de toda la Edad Media, en mil años no hubo otro mejor que él. Hoy en día Belisario sigue siendo un héroe que lo dio todo por su emperador y nunca recibió nada a cambio, igual que le ha ocurrido a muchos otros.

sábado, 21 de enero de 2012

FLAVIO BELISARIO Parte II


Hipódromo Constantinopla

A comienzos del año 532 estaba Belisario descansando en Constantinopla cuando estalló la “Revuelta de Niké”. Los seguidores de las carreras de cuadrigas del hipódromo se dividían en dos facciones, verde y azul, con el tiempo habían adquirido un gran protagonismo, formaban parte de la policía,de los políticos etc, ocupaban todos los estamentos de la sociedad en Constantinopla. La revuelta empezó con tintes sociales, pretendían una reducción de los altos impuestos que pagaban las clases mas bajas (que eran mas numerosas), al parecer, el detonante fue unas detenciones de miembros de ambas facciones, que les parecieron muy injustas, ante lo cual los verdes y los azules pactaron una tregua y juntos se lanzaron a una revuelta a gran escala, se les unieron varios senadores, políticos, militares y miembros de la policía y de la milicia urbana, la cosa fue subiendo de tono hasta que se intentó asaltar el palacio del emperador y destronarlo. Justiniano Iº pidió ayuda a Belisario el cual con la ayuda del gobernador militar de Iliria, Mundus, con tropas armadas con corazas, fueron empujando y juntando a los manifestantes, calle por calle, hasta el hipódromo, habían unos 30.000 manifestantes en el mismo cuando entraron las tropas de Belisario por una puerta y las de Mundus por la puerta opuesta, matándolos a todos, fue un baño de sangre. Los valores morales y la vida humana, en esa época, no tenían el mismo sentido que ahora. No fue nada agradable para Belisario, pero su lealtad y obediencia a su emperador, como capitán general que era, estaban por encima de sus sentimientos.

Justiniano I

Los vándalos, una tribu germánica, hacía mas de cien años que habían invadido España y habían conquistado todo el norte de Africa. La capital del reino vándalo era Cartago, en Túnez, la antigua capital de los cartagineses. En el verano del año 533, Belisario al frente de una fuerza de tan sólo 15.000 hombres en total, desembarcó en la costa de Túnez, dispuesto a echar a los vándalos del norte de Africa. El 13 de septiembre de 533, a diez millas de Cartago, se enfrentó al ejército vándalo de 20.000 soldados al mando de su rey Gelimer, general que era muy competente y disponía de una caballería pesada muy superior a la de los romanos, además habían tomado posición y formado una gran línea defensiva. Belisario volvió a mostrarse como un gran estratega militar, sabía que enfrentarse frontalmente al ejército de los vándalos hubiera sido su perdición, dividió en dos su caballería ligera formada por mercenarios hunos (arqueros a caballo) y atacando por los flancos a los vándalos les causó grandes daños y desorganización, a cambio tuvo que sacrificar varias unidades de infantería romana atacando por el centro. En ésta primera batalla llamada “Ad Decimum” murieron el hermano y un sobrino del rey Gelimer, Belisario logró una gran victoria, al día siguiente entró en Cartago, lo que quedaba del ejército vándalo huyó con su rey. Gelimer no estaba dispuesto a perder su reino tan fácilmente, se estableció a 150 Km al oeste de Cartago, mandó emisarios pidiendo y recibiendo tropas de refuerzo. Reunió un ejército de 50.000 soldados, superaba en más de tres veces al ejército de Belisario. Con éste numeroso ejército avanzó hacia Cartago dispuesto a recuperarla y echar a los romanos de Africa. Gelimer acampó su ejército a 27 kilómetros de Cartago, en Tricamerón, decidiendo esperar allí a los romanos, Belisario estudió la situación y no tardó en complacer a los vándalos, el 15 de Diciembre del 533 entabló batalla con los vándalos, como he dicho en una proporción superior de 3 vándalos por cada romano. Otra vez se enfrentaba en la posición elegida por los vándalos, con un ejército muy inferior en número, y otra vez el genio militar de Belisario se impuso, y otra vez la movilidad de sus arqueros hunos a caballo al mando de su comandante Juan el Armenio fue determinante, diezmaron a la caballería vándala, con lo que pudo avanzar la infantería romana para rematar la gran victoria. Gelimer cuando vio a sus mejores tropas, la caballería, destrozadas y al ver el avance de la infantería romana, le entro un ataque de pánico y huyó del campo de batalla, solo con su guardia personal, dejando a su ejército sumido en el desconcierto, los vándalos huyeron en todas direcciones sin entablar batalla con la infantería romana. Tras esta gran victoria el ejército vándalo se desintegró, Gelimer huyó a Hispania, Belisario consiguió un inmenso tesoro acumulado por los vándalos y recuperó para el Imperio Romano todo el norte de Africa mas las islas de Córcega, Cerdeña y Las Baleares. Teniendo en cuenta las escasas tropas con las que había dispuesto Belisario, su victoria total sobre los vándalos fue una auténtica proeza. Cuando en el 534 Belisario regresó a Constantinopla fue recibido como un héroe, el senado lo propuso y Justiniano Iº le otorgó un “Triunfo”, era el gran premio que se les concedía a los grandes generales romanos después de haber conseguido grandes victorias que beneficiaran al Imperio, éste fue el último “Triunfo” que se otorgó en el Imperio Romano, nadie mas en los siglos siguientes lo consiguió. Además lo nombró “Cónsul único”del Imperio. Durante el desfile triunfal, quizá queriendo hacerse perdonar por el pueblo de Constantinopla de su atroz intervención para terminar con la “Revuelta de Niké”, Belisario hizo uso de parte de sus riquezas lanzando monedas de plata y oro a la multitud que le aclamaba. Aquí empezó una envidia encubierta del emperador hacia su general, incomprensible pero cierta, el pueblo apreciaba mas a Belisario que a Justiniano.


Constantinopla en el s. V

jueves, 19 de enero de 2012

FLAVIO BELISARIO Parte 1



En éste relato os hablaré de uno de los cinco mejores generales de la Historia, su nombre Flavio Belisario, se cree que nació en el año 500 ó 505, en la ciudad de Tchermen (Tracia), sus padres pertenecían a la nobleza del Imperio Romano de Oriente denominado también Imperio Bizantino, con la capital en Constantinopla. Con siete años comenzó su educación en la ciudad de Adrianópolis, recibió una sólida formación militar, dominaba varias lenguas y por supuesto el latín y el griego. Fué un estratega enorme, un genio militar, siempre mandó ejércitos inferiores en número a los del enemigo y siempre salió victorioso. La Historia Occidental lo ha tenido siempre “olvidado”, de igual manera que, a partir de la caída de Roma en el año 476 d.C, se olvidó del Imperio Romano de Oriente siendo como era la continuación del Imperio Romano. Para Occidente la Edad Media empezó en el 476 d.C cuando la tribu germánica de los hérulos, al mando de Odoacro, depuso al último emperador romano occidental Rómulo Augústulo. La realidad es que la caída verdadera del Imperio Romano se produjo en el año 1453 con la caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos, el mismo acontecimiento en Occidente marcó el final de la Edad Media. Pero vamos a continuar con nuestro general Belisario.

Procopio de Cesarea, secretario personal de Belisario, le acompañó desde su infancia hasta el año 540, años después escribió la Historia Secreta gracias a la cual nos han llegado los grandes hechos de Belisario. Con 20 años ya tenía su propio regimiento formado por 200 soldados a caballo a los que había instruido personalmente, sabían cabalgar y disparar el arco dando en el blanco (imitando lo mejor que tenían los hunos), sabían luchar con lanza a caballo con armadura completa (imitando a los terribles “catafractos”, la caballería pesada persa), por último los instruía como la mejor infantería con escudo y espada (como legionarios romanos, la mejor infantería de la época), era una unidad de élite, era su guardia personal, la pagó siempre con su dinero, se les llamó “bucellarii”, con el tiempo llegó a ser la mejor fuerza de élite de la época y el núcleo del nuevo ejercito bizantino con el que conseguiría sus grandes éxitos en el futuro, los “bucellarii” combatían con coraza puesta en todo el cuerpo Con éste primer escuadrón de 200 soldados realizó incursiones en el alto Danubio enfrentándose a la tribu de los gépidos, derrotándolos con acciones de guerrilla, haciendo prisioneros y botín. Al año, con su ejército personal, que ya era de 600 hombres, operaba en incursiones de castigo, en el bajo Danubio, contra los hunos, causándoles muchas bajas, haciendo muchos prisioneros y tomando botín. Por estas hazañas fue ascendido al rango de “patricio distinguido” e ingresó en la guardia del general Justiniano que en esas fechas era el comandante del ejército de Oriente y sobrino y heredero del emperador Justino Iº.

En el año 527 muere Justino Iº siendo nombrado Justiniano Iº nuevo emperador, Belisario se encuentra en el frente oriental en la fortaleza de Daras, ciudad fronteriza que servía para evitar que los persas hicieran incursiones por sorpresa en territorio bizantino. Belisario recibió la orden de construir una nueva fortificación tres millas mas hacia el oeste, justo en el límite fronterizo, planifico y construyó rápidamente el castillo de “Migdon”, el cual fortificó a toda prisa, temía que los persas se dieran cuenta enseguida y quería que cuando atacaran tener el castillo fortificado. Cuando los persas se dieron cuenta estallaron de rabia y mandaron un mensajero a Daras pidiendo que se desmantelara la nueva fortificación de inmediato. Los persas viendo que el castillo de “Migdon” no era evacuado mandaron una tropa de 8000 hombres y otros tantos soldados bizantinos salieron del castillo a presentar batalla a los persas, Belisario no estaba en “Migdon”, estaba enfermo en Daras por lo que no pudo estar en la batalla, la lucha fue dura y acabó en tablas, pero los bizantinos inexplicablemente se retiraron del castillo, en vez de hacerse fuertes en el, se retiraron a Daras, los persas tomaron el castillo. A los pocos días, cuando Belisario se recuperó un poco de las fiebres que lo tenían postrado, formó a su regimiento personal, de 1000 jinetes “bucellarii”, y con él al frente, se presentó ante el castillo de “Migdon” enfrentándose a las tropas persas que eran siete veces superiores en número, acabó reconquistando el castillo. Como el resto de las tropas bizantinas, al mando de otro general, no lo habían secundado, a los pocos días, no pudiendo sostener la posesión del castillo tuvo que evacuarlo. Los persas de inmediato demolieron el castillo. Cuando Justiniano Iº leyó el informe de lo sucedido, vio que Belisario fue el que mejor actuó y que no tenía ninguna culpa de lo sucedido, por lo cual le nombró comandante en jefe de todo el ejército de Oriente, a partir de aquí Belisario ya nunca tuvo a nadie por encima, salvo su emperador.

En Julio del año 530 se desarrolló la batalla de Daras. Los persas con un ejército de mas de 40.000 hombres, todo él de tropas regulares y con 2.000 catafractos, al mando del general Perozes, se dirigía a conquistar la fortaleza de Daras para poder abrirse paso hacia el interior del Imperio Bizantino. Belisario con levas de poca calidad y novatos, junto con mercenarios y sus 1.000 “bucellarii”, montó un ejército de 25.000 hombres con el que derrotó a los persas, gracias a su habilidad táctica, causó mas de 5.000 bajas a los persas y el resto salió huyendo. Belisario, siempre informado de los movimientos del ejército persa, y previamente a su llegada, eligió y preparó defensivamente el campo de batalla con empalizadas de estacas afiladas para defender a su infantería y arqueros, y con fosos para parar a la caballería pesada persa de catafractos, obligando a los persas a dividirse y poder ser él quien los atacara por sus flancos con sus “bucellarii”. Fue su primera gran batalla ganada, hacía muchísimos años que los romanos no ganaban a los persas en una gran batalla. Pocos meses después se desarrolló la batalla de Calinico, ataque que realizó Belisario dentro de territorio persa, donde el resultado fue de tablas, murieron 6.000 bizantinos y 7.000 persas, el ejército persa era superior y casi todo compuesto de caballería su mejor arma. Estas dos batallas permitieron a Justiniano Iº la firma del tratado “Paz Duradera”, en 532, con los persas, a partir del cual, pacificada la frontera oriental, con Belisario al frente del ejército bizantino, emprendió la restauración del Imperio Occidental, conquistando, de nuevo, el norte de Africa y la península itálica.